Están conectados a tuberías presurizadas con aire o gas. Al activarse, se pierde presión y se abre una válvula que hace circular el agua.
Al estar conectados a tuberías en las que circula agua constantemente, la descarga de agua es inmediata.
Los rociadores están ya abiertos y conectados a un sistema de detección de incendios. Al detectar el riesgo, se abre la válvula y el agua es descargada automáticamente.
También conectados a tuberías de aire, se activan mediante un sistema de detección externo que emite una señal.