Destrucción de Gases Refrigerantes

Los gases refrigerantes son aquellos que sirven para hacer descender la temperatura (o para mantenerla) de un determinado lugar. Lo hacen mediante un proceso en el que extraen el calor del sitio y lo transfieren a un cuerpo que tenga una temperatura menor a la del sitio refrigerado.

Durante muchos años, muchos técnicos y profesionales han realizado malas prácticas en relación con estos gases, liberándolos a la atmósfera. Por esa mala práctica, actualmente las empresas están obligadas a mantener un compromiso medioambiental aplicable en sus centros.

Desde el día 1 de enero del año 2010, no se pueden utilizar HCFC puros para el mantenimiento y la recarga de los diferentes sistemas de refrigeración y Aire Acondicionado que ya operaban en esa fecha. Y desde este mismo 2015 tampoco pueden usarse HCFC reciclados.

Para destruir estos gases se siguen los siguientes pasos:

• Primero, se realiza una combustión de los mismos en un horno rotatorio, siempre a una temperatura por encima de los 1200º C.
• Posteriormente, se somete a los gases a un segundo proceso de combustión, esta vez en un depósito post-combustión.
• De los dos primeros pasos se produce un vapor, que contiene moléculas en un estado fundamental. Estas pasan a enfriarse de manera súbita en una corriente de nitrógeno, solubilizándose después con agua.
• De este tercer proceso se forman unas aguas ácidas, que acaban siendo neutralizadas con sales minerales para tratarlas de manera biológica después.